Seguidores

domingo, 9 de octubre de 2011

...

*¿Que pasó?
- Estaba harta de responder "bien", ¿sabes? Llega un momento en el que te sale solo, sientas lo que sientas y, sin pensarlo demasiado, cambias automáticamente de tema.
* ¿No te gusta hablar de él?
- No, no es eso... es que no podía hacerlo. Nadie lo hubiese comprendido. Puedes llegar y contar la historia con pelos y señales. Hay quién dirá que es bonita, como un romance imposible de novela medieval. A otros le sonará a culebrón barato con final previsible. La mayoría se apiada de ti, te mira con pena y te dice que ya encontrarás a alguien mejor, cualquiera será mejor... y ahí estás tú, con la boca seca de narrar tu historia, con los ojos vacíos de lágrimas y un consejo tan útil como intentar olvidarlo... al final terminas por susurrar un "bien" que no te creer y cambiar de tema para ahorrarte el consejo que ya conoces.
* Entiendo, nunca has encontrado a nadie con quién hablar, ¿verdad?
- Tampoco. Puedes hablar del tema, largo y tendido... pero no encontrarás a nadie que pueda sentirlo de la misma forma que tu lo has sentido cada día, cada segundo, cada instante... nadie jamás podrá meterse en tu piel y saber con exactitud que parte de tu cuerpo se estremece cuando él se acerca. Nadie podría comprender lo turbada que llega a estar tu mente simplemente al imaginarlo ni ese latido que se agita en tu pecho cuando se aleja. Nadie podrá ser tú, es imposible. No quieres hablar, no quieres dejarte la garganta en explicar realidades que solo tu podrías comprender, razonar sobre motivos que ni siquiera eres capaz de exponer... porque no hay razones, no hay motivos. Le amas porque no sabes no hacerlo. Es inercia, es innato, es parte de ti...
* ¿Te arrepientes de haberle conocido?
- Nunca. Hay personas que se pasan toda una vida esperando sentir algo así, ¿sabes? Hay quién vive con el corazón acolchado y nunca siente su alma partirse en pedacitos. Hay quién solo conoce una parte de sí mismo, quién nunca ha presenciado una batalla entre sus mitades, quién no ha probado las lágrimas, quién no se ha desgarrado por dentro... hay personas que viven en eterna felicidad y esas personas nunca podrán apreciar lo que tienen porque no conocen otra realidad. Yo he amado y he sufrido. Sé que me quedan sensaciones por vivir, momentos por disfrutar, sonrisas que dibujar... sé que he pasado malos momentos, que he muerto y que sigo en pie. Sé que puedo sobrevivir, que puedo aguantar, que soy capaz de seguir adelante... he amado lo suficiente como para llorar de amor, sé a qué saben mis lágrimas, sé como es mi angustia... he conocido el amor de su mano y, aunque no haya salido bien, nunca podré arrepentirme de ello.
* ¿Crees que esta será la definitiva?
- No puedo ser rotunda en esta respuesta. Hoy pienso que sí, ayer lo creí a ciencia cierta. Hace días que tomé la decisión, hace meses que comencé a preparar el camino, hace una vida que no somos nada... nunca lo fuimos, ya sabes. Ahora quiero y puedo, es el momento. Ahora he comprendido que nunca daré el paso que he estado esperando durante años, que nunca seré... que no hay más para mi en sus brazos. Ahora debo dejarle marchar, dejar mi corazón en libertad y continuar sin su peso sobre mis espaldas. Debo, quiero y espero conseguirlo... pero el corazón no se atiene a razones ni a realidades, no entiende de beneficios, de obligaciones ni busca lo mejor para sí mismo. El corazón es rebelde, arriesgado, loco, apasionado, entregado... y se lanza sin preguntar, lo entrega todo y no aprende de sus errores. Se puede romper mil veces y cada vez serán más los pedazos que se perdieron por el camino pero, mientras quede un solo trozo, él seguirá luchando. Respondo por mí si te digo que, definitivamente, este es el momento de dejarlo atrás. Respondo por él si contesto que, muy a mi pesar, no lo sé.
* Ya para finalizar y, si me permites la indiscrección... ¿cómo te encuentras?
- Mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario